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El servicio hotelero es una actividad esencialmente
intangible, ligada en su prestación a un soporte físico, que se ofrece para
satisfacer las necesidades de alojamiento de los turistas y demás tipos de
viajeros.
Algunos de sus elementos estructurales son:
v Calidad
v Particularidades
v Beneficio
condicionado
La calidad es
a confianza que inspira el servicio brindado, ya sean por experiencias
anteriores o gracias al desarrollo eficiente de su presentación. La calidad
comercial y la calidad técnica están relacionadas, aunque no puede la primera
existir sin la segunda.
Las particularidades
son las características físicas propias de operación de un hotel, como por
ejemplo: su decoración, disposición, estilo arquitectónico, tamaño de los
cuartos, mobiliario, tipo de cafetería, entre muchos otros son los aspectos que
hacen a un hotel diferente de otro.
Los beneficios
condicionados son la esencia misma del servicio, pues se entienden como la
satisfacción que proporciona el hotel a sus huéspedes y usuarios.
El conocimiento profundo de los servicios de un hotel no
solo se proporciona confianza, seguridad y despierta el interés del cliente,
sino que además los motiva e induce a su utilización de forma progresiva y
sostenida.
Estos elementos son los que conforman la capacidad de
respuesta práctica al mercado, y al mismo tiempo estructuran e integran su
imagen comercial.
